Película de 2018 dirigida por Debra Granik. Un padre y su hija adolescente viven en plena naturaleza en un parque de las afueras de una ciudad. Pero son descubiertos y les asignan una casa con un trabajo para él y un colegio para ella. La chica se va adaptando a la nueva situación pero el padre no soporta todas las rutinas y límites de la vida diaria así que deciden volver a intentarlo.
Adaptación de la novela My abandonment de Peter Rock y que se inspira en una historia real en Oregón sobre una padre y su hija que eligieron el bosque como hogar. Grankik coescribe y dirige con mucha sensibilidad este drama que invita a la reflexión sobre la sociedad y los deberes u obligaciones de los padres y la comunidad. Tiene unas localizaciones impresionantes y lo que más destaca en la interpretación de la pareja protagonista, dos grandes trabajos del "padre" Ben Foster y, especialmente, la "hija" Thomasin McKenzie. Llama la atención que toda la actuación y el enfoque de la cinta es muy prudente y sensible, pues no se hace no a base de situaciones especialmente dramáticas, personajes muy malos o diálogos interminables que pretenden sentar cátedra sobre el tema. Ello hace que sea el espectador el que empatice con los personajes, la historia y la situación.
Buena.
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