Película de 2019 dirigida por Guy Ritchie. Un joven vive en la ciudad con pequeños trapicheos hasta que conoce por casualidad a la princesa del país que va de incógnito y no la reconoce. Aunque se enamoran, la chica tiene que volver a palacio y le dice que es una asistenta de la princesa. Mientras, el ambicioso visir del sultán está intentando hacerse con una lámpara mágica para poder quedarse con el sultanato, y se le ocurre utilizar al joven para ello.
Otro producto más de la factoría Disney en su revisión de los clásicos y rodarlos con personas reales. En esta ocasión la elegida es una de las mejores cintas de la productora de las últimas décadas, Aladdin, con su fantástica combinación de aventuras, canciones y humor. Ritchie coescribe el guión (aunque prácticamente usa el de la cinta de animación) y no imprime su estilo, sino que se deja llevar por la original y el estudio. El resultado es llamativo y entretenido gracias al material y los medios con los que se cuentan, sobre todo a un personaje clave: el genio. Además, se tiene el acierto de contar con Will Smith para darle vida, lo que hace que la película sea más divertida cuando aparece en escena.
Recomendable para ver en familia pero no supera al clásico de los 90.