Película de 2001 dirigida por Barry Skolnick. Un famoso jugador de fútbol ya retirado es encarcelado por agredir a un policía. Su fama no deja indiferente a nadie e incluso el director de la prisión le propone hacerse entrenador del equipo de presidiarios, pero no está interesado. Pero luego ve una oportunidad y se involucrará en el equipo sin darse cuenta de la repercusión que tendrá.
Remake de El rompehuesos pero con fútbol y aprovechando la fama temporal que tenía el actor y ex-jugador Vinnie Jones (que venía de triunfar el año anterior con otro protagonista, Jason Statham con Snatch, cerdos y brillantes). No cubre ninguno de los posibles objetivos que se marcaran pues, aunque tiene alguna escena graciosa, en general es predecible y el puñado de personajes peculiares que aparecen no tienen ni calado ni tanta gracia. La trama es bastante pobre, muy simple, y no le da carácter suficiente a los personajes para dramatizar o sacar más provecho a las oportunidades de humor que se presentan. Sin duda que hay otras películas carcelaria o de fútbol que son mucho mejor. En cuanto a la escena del partido, Skolnick demuestra su poca habilidad captando la tensión o el ritmo del mismo.
Floja.
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