Película de 2019 dirigida por Brad Anderson. Tras una caída en una zona de obras, unos padres llevan a su hija al hospital más cercano para que la vean. Aunque sólo parece tener lesionado el brazo deciden hacerle un TAC para descartar nada grave. El padre espera fuera durante horas hasta que empieza a impacientarse y descubre que todo el personal del hospital niega que él llegara con nadie y que sólo vino por un golpe en la cabeza. Pero está seguro y va descubriendo pistas que lo demuestran.
Thriller de Netflix sobre una trama hospitalaria que da mucho juego. Tiene un planteamiento que funciona y atrapa, un desarrollo algo irregular aunque de menos a más, y un buen desenlace. Anderson crea una acertada atmósfera de tensión a la que ayuda la banda sonora, aunque hay momentos que alarga o no aportan nada, rompiendo así un poco el suspense. Pero conforme avanza la trama se va haciendo más certera hasta su desenlace, con un hábil tercio final. El reparto cumple con su desempeño contando con alguna cara conocida y con una estrella al frente: Sam Worthington.
Entretenida y con algunos momentos muy buenos.
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