Película de 1938 dirigida por el maestro Frank Capra. Un joven que trabaja como alto cargo en la empresa de su padre, un reconocido y exitoso banquero, se enamora de su secretaria y hasta piensa en casarse con ella. La familia de la chica es bastante peculiar porque cada miembro persigue su sueño y así son muy felices, haciéndoles también muy queridos por los que los rodean. Pero el choque entre los estilos de ambas familias es inevitable, especialmente cuando el joven precipita el encuentro entre ambas para evitar que se prepare en exceso la reunión.
Otra joya del director de origen italiano que es una fábula absoluta sobre la vida y cómo vivirla. Es fiel a su estilo de moralidad y de mensaje positivo al espectador, con un ritmo que no decae y un fino sentido del humor y del amor. Cuenta con una pareja protagonista estupenda con James Stewart y Jean Arthur y con unos secundarios de lujo como Lionel Barrymore, Ward Bond, Edward Arnold, etc. Alguna escena es estirada un poco más de la cuenta pero por lo demás funciona muy bien. A poco más de 15 años para que cumpla un siglo, es un regalo poder ver una película donde las buenas intenciones y maneras son el centro de gravedad de una historia.
Imprescindible.
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