Película de 1971 dirigida por Guy Hamilton. El agente Bond es requerido para iniciar una investigación sobre la misteriosa desaparición de diamantes que se está produciendo en todo el mundo. La inteligencia británica cree que detrás de estos robos hay algo más que un crimen de valor, y que puede ser toda una amenaza para la seguridad mundial, de ahí que dedique su mejor hombre para el caso.
Tras el fracaso en taquilla de la entrega anterior con un nuevo agente 007, los productores aceptaron las condiciones de Sean Connery para volver a encarnarle una última vez, y funcionó bien en recaudación. Aunque sólo habían pasado cuatro años desde su anterior actuación como el famoso agente británico, se ve un notable cambio físico en Connery, dando muestras de que esta etapa debía terminar. Sin embargo, la historia en esta ocasión es más floja que las anteriores pues parecen dejar de lado la parte de intriga del caso para centrarse más en algunos fuegos artificiales, tanto de acción como con las mujeres que se rinden al encanto de Bond. Es entretenida, tiene algunas frases ingeniosas pero no está al nivel de la mayoría de anteriores cintas. Incluso lo refleja con los secundarios al no incluir ningún nombre de altura, sólo hay un par de personajes "malos" atractivos y algún detalle con el "malo-malo".
Entretenida
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