Película de 2015 dirigida por Ryoo Seung-wan. Un detective de la policía consigue un gran logro junto a su equipo al atrapar a unos traficantes de coches y por ello acaba coincidiendo brevemente con un joven muy poderoso hijo de uno de los mayores magnates del país. Poco después recibe la noticia de que ese joven se ha visto envuelto en un tema muy feo, abusando de un pobre y honesto trabajador delante de su propio hijo pequeño, y decide investigarlo aunque no le corresponde y recibirá presiones de todos lados para que se detenga.
Seung-wan escribe y dirige un buen thriller policial que tiene un poco de todo y bien armado. Presenta inicialmente a los protagonistas aplicando en todo momento un buen sentido del humor que va relajando un poco la tensión, luego se produce el caso sobre el que gira la película y luego viene la investigación que es compleja e interesante. Mezcla el poder en la forma de dinero que lo corrompe todo para que los malos acaben ganando pero que no doblega al héroe. Y la investigación va dando sus frutos con algunos giros que mantienen al espectador enganchado. Tiene buen ritmo durante todo el metraje, mucha acción y momentos divertidos, mostrando el director su habilidad para combinarlos. La pareja protagonista con el policía Hwang Jung-min y el malvado Yoo Ah-in, además de los secundarios, funciona muy bien.
Buena
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