Película de 2012 dirigida por Ziad Doueiri. Un acreditado cirujano musulmán que vive en Israel recibe la trágica noticia de que su esposa ha fallecido en un atentado terrorista. Pero la situación se vuelve absolutamente increíble cuando acusan a la mujer de ser quien provocó la explosión matando a casi dos decenas de personas. La policía sospecha también de él mientras no puede creer lo que está pasando.
Adaptación de la novela homónima del argelino Yasmina Khadra de sólo unos años antes que retrata la sinrazón de la situación Palestino-Israelí tan presente en los medios hoy en día, por no hablar del propio terrorismo en sí. Invita a la reflexión y muestra la profundidad de las raíces del problema, algo que deberían entender aquellos que proponen soluciones simplistas. Tiene un arranque acertado poniendo el atentado muy al principio para captar enseguida el interés y luego va desarrollando la historia intercalando flashbacks para darle tiempo a la esposa y su relación. Doueiri quiere resaltar mucho la parte personal como ejemplo del desconcierto y hasta incredulidad sobre lo sucedido pero perjudica al mensaje global, a poder dedicarle más atención a la relación de los pueblos, el choque cultural y hasta el odio. Hay momentos que la intensidad dramática casi se pierde y desinfla un poco el contenido. Por lo demás, está bien realizada, con buena ambientación y trabajo del reparto.
Interesante.
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