Película de 2015 dirigida por David O. Russell. Una joven divorciada acoge en su casa a su hija, madre, padre (divorciado) y ex-esposo, intentando mantener cierta paz y equilibrio por muy complicado que sea. La parte económica tampoco va mejor aunque se le ocurre un invento casero que patenta y cree que puede ser su tabla de salvación.
Russell vuelve a contar con su pareja protagonista fetiche, Jennifer Lawrence y Bradley Cooper, que tanto éxito le habían dado para hacer otra película aunque sin tintes románticos. Va sobre una joven que lo hace todo bien pero le sale todo mal, con su pequeña moraleja y como homenaje a los matriarcados, a esas mujeres fuertes que pueden con (casi) todo. Pero la fórmula no funciona bien y se ve convencional y previsible. Tampoco tiene la más mínima credibilidad y se ve como un cuento infantil para adultos sin haberla trabajado lo suficiente como para mantener la magia. Además, parece que los actores no terminan de encajar en sus roles como si no hubieran salido de los anteriores. Cuenta con actores de la talla de Robert De Niro e Isabella Rossellini, pero poco hacen para levantar el resultado.
Floja
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