Película de 1998 dirigida por Woody Allen. Un escritor fracasado se separa de su mujer y empieza a conocer a otras para disfrutar un poco de la vida. Mientras, la mujer intenta reiniciar su vida aunque le cuesta en un principio porque no se esperaba la separación. Ambos inician caminos distintos y su suerte va cambiando.
Otra película de este genial guionista y director, sin papel en esta ocasión, donde repite en buena medida el tema: protagonista escritor que se divorcia, que tiene una personalidad insegura y nerviosa, la exmujer católica y reprimida sexual, etc. Allen vuelve a retratar sus propios fantasmas personales sobre las relaciones de pareja, el sexo y la religión aunque con menos habilidad e ingenio que en otras cintas. El guión no tiene esos diálogos desenfrenados con mucha chispa que le han hecho famoso aunque sí tiene algunos buenos momentos. Retrata muchos personajes y eso la hace amena además de enriquecer la historia. Utiliza el blanco y negro y cuenta con la colaboración de muchos famosos: Melanie Griffith, Charlize Theron, Leonardo DiCaprio, Donald Trump,... La protagoniza Kenneth Branagh con el difícil reto de hacer el papel que le corresponde a Allen pero que por edad ya no hace. Hace un buen trabajo pero el espectador tiene la sensación a veces de imitarlo, pero es uno de los que mejor lo ha hecho.
Típica cinta de este director, buena pero no tanto como otras.
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