jueves, 12 de marzo de 2015

Los dioses deben estar locos


Película de 1980 dirigida por Jamie Uys. En el desierto del Kalahari apenas viven seres humanos por las duras condiciones que tiene. Una tribu que sí vive allí y sin contacto con el mundo exterior es la de los Bushman. La vida de sus componentes transcurre tranquila y habitual hasta que un día reciben del cielo un extraño regalo. Tan sólo se trata de una botella de refresco que un aviador ha tirado, pero ellos no lo pueden imaginar. Tras encontrarle múltiples usos se dan cuenta que es un problema, por lo que uno de ellos la quiere tirar por "el fin del mundo". En su viaje se encontrará a los humanos "civilizados".
Simpática y original comedia que se convirtió en un gran éxito de público. Mezcla el estilo documental clásico con una disparatada historia, haciendo que el resultado sea divertido. Además, es una crítica sobre la sociedad moderna y los muchos sinsentidos que se ha impuesto, cuando unos humanos sin casi nada son enormemente felices. La parte del bosquimano siempre es graciosa e interesante mientras que la del ecologista y sus torpezas recuerdan demasiado a otras cintas. Las localizaciones africanas son espléndidas y los actores cumplen sobradamente para el tipo de película que es. En general la calidad técnica no sobresale, pero la originalidad y el ingenio para el humor consiguen que la película sea recomendable para pasar un buen rato.
Divertida.

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