sábado, 12 de septiembre de 2015
Todas las cosas buenas
Película de 2010 dirigida por Andrew Jarecki. Un joven de una famosa y acaudalada familia de Nueva York se casa por amor con una chica y emprenden un pequeño negocio. Pero no va bien y el padre le presiona para que se incorpore al negocio familiar, así que acaba haciéndolo. Aunque cambia la situación todo parece ir bien hasta que empieza a tener repentinos cambios de humor. Un día ella desaparece aunque hay quien sospecha que él la asesinó. Veinte años después la fiscal del distrito decide reabrir el caso.
Jarecki lleva a la gran pantalla la historia de una de las misteriosas desapariciones más comentadas de los EE.UU. ya que ocurrió en el seno de una potentada familia de Nueva York hace más de 30 años. El verdadero nombre del protagonista es Robert Durst, quien fue sospechoso de matar a su esposa en 1982 y que volvió a la palestra en 2000 cuando se reabrió el caso, además de ser acusado con posterioridad de otros asesinatos. El director no pretende teorizar sobre los hechos sino más bien intenta retratar esta peculiar familia y el caldo de cultivo que había cuando la joven desapareció para siempre. Además de la dirección, destacan las excelentes interpretaciones de la pareja, Ryan Gosling y Kirsten Dunst, que transmiten muy bien las muy distintas personalidades de ambos y la confrontación de sentimientos que debían tener. Además, cuenta con otra interpretación muy acertada de manos de Frank Langella como el frío padre y, posiblemente, origen de todo. Lo más perturbador es ver cómo se degenera la situación de la pareja ante la (casi) impasible actitud del chico.
Buen drama basado en hechos reales.
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