Película de 2006 dirigida por Tom Tykwer. En Francia en el siglo XVIII un joven tiene un olfato extraordinario capaz de distinguir los aromas y olores que pasan desapercibidos para el resto del mundo. Poco a poco se va obsesionando con poder retener de alguna manera la fragancia de las cosas, incluso de las personas. Por ello, empieza a matar a jóvenes y a seguir un ritual con ellas para destilar su olor. Esto hace que se propague el pánico entre las familias de la zona que desesperan por cazar al asesino.
Adaptación de la exitosa novela homónima de Patrick Süskind coproducida por varios países europeos y con desigual acogida entre crítica y público de distintos países. Tiene una trama bastante interesante y el apartado técnico es de buena calidad, así que pronto capta la atención del espectador. Pero parece que Tykwer era consciente de las expectativas y del potencial que tenía con la novela, de forma que se afana excesivamente en hacer demasiadas concesiones artísticas para conseguir una gran película, alargando innecesariamente la duración y debilitando la intensidad y emoción. Al final decepciona porque va de más a menos, rematado con un final ridículo, aunque hay que reconocer que está bien realizada y que tiene momentos muy acertados. Cuenta con actores no muy conocidos salvo Alan Rickman en un papel secundario.
Buena calidad técnica pero irregular y decepcionante en general.
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