Película de 1956 dirigida por Cecil B. DeMille. El pueblo judío lleva varios siglos en condiciones de esclavitud del poderoso imperio egipcio. Según una profecía, su Dios mandará a un libertador que les conducirá a la tierra prometida. Justo cuando creen que ha nacido, el faraón manda matar a todos los bebés hebreos, pero uno se salva y es adoptado por la hermana del propio faraón. Se trata de Moisés, quien descubrirá su origen humilde cuando es nombrado sucesor al trono y se ha ganado como enemigo al legítimo hijo del faraón. Por ello renuncia a todo y se une a su pueblo sin sospechar que él es el prometido libertador.
Superproducción épica que se convirtió en un gran éxito de público y que es un referente del cine religioso desde entonces. Dirigida y producida por DeMille, famoso por sus espectaculares cintas y que ya había llevado a la gran pantalla esta historia tres décadas antes. Vuelve a rodarla con más y mejores medios, haciendo un gran espectáculo que sigue llamando la atención hoy en día. Lo más llamativo entonces fueron los increíbles efectos especiales, realmente muy logrados, y que dejan algunas de las escenas más conocidas de este arte. Cuenta con un reparto galáctico: Charlton Heston, Yul Brynner, Anne Baxter, Edward G. Robinson, Cedric Hardwicke, John Carradine,...A pesar de su duración no se hace larga, aunque sí se podrían haber recortado muchas escenas donde se explota su magnificencia. Su estilo tiene un aire romántico de la época dorada de Hollywood que estaba acercándose a su fin.
Colosal cine épico
No hay comentarios:
Publicar un comentario