lunes, 14 de marzo de 2016

No me chilles que no te veo


Película de 1989 dirigida por Arthur Hiller. Un hombre sordo contrata para ayudarle en su negocio a un ciego. Un día son testigos de un asesinato pero, debido a sus discapacidades, no han podido identificar claramente al criminal. Finalmente la policía los declara sospechosos y el asesino teme que les pueda identificar, por lo que intentará que los liberen para matarlos. Ellos descubren esta situación por lo que no quieren ni seguir en las manos de la policía ni salir bajo fianza, por lo que deciden escaparse para descubrir lo sucedido.
Penúltima colaboración y, seguramente, la más exitosa de dos grandes humoristas como fueron Richard Pryor y Gene Wilder. La trama se basa en la disparatada idea de dos discapacitados, un sordo y un ciego, que son "medio" testigos de un asesinato. Como es de imaginar, esto provoca numerosas situaciones muy graciosas, y más de la  mano de estos dos intérpretes. Es un sentido del humor disparatado que gustará a los aficionados a él y a la pareja pero que no a los demás. Como película no destaca en nada salvo que consigue el objetivo que pretende, entretener mediante alguna risa.
Graciosa.

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