Película de 1939 dirigida por el maestro John Ford. El joven Abraham Lincoln vive humildemente en una zona rural de Nueva Jersey donde da por casualidad con un libro de leyes. Le gusta mucho y duda si debe ir a la ciudad para intentar ejercer como jurista. Finalmente va a Springfield, Illinois, donde es conocido por su carácter afable y tranquilo, lo que le gana el respeto entre sus vecinos. Aunque se va dedicando a casos menores se ofrece para ayudar a un par de hermanos acusados de asesinato.
Cinta que se centra en los años de juventud (más bien, en los primeros años de edad adulta) del que acabaría siendo uno de los presidentes más importantes de los EE.UU. y el primero del partido Republicano de este país: Abraham Lincoln. Se basa en algunos episodios muy conocidos de esta figura cuando empezó como jurista en Illinois para contar una bonita y amena historia. Retrata al joven Lincoln como un hombre de mucho carácter, inteligente, sosegado, respetado y de gran humanidad. Se ve a un hombre de grandes principios y valores que utiliza su ingenio para convencer a la gente. El maestro Ford colabora por primera vez con uno de sus actores fetiche, el enorme Henry Fonda, para contar el inicio público de un gran hombre. Lo hace de forma sencilla, manejando bien el ritmo para destacar la personalidad del protagonista, y utiliza varios momentos históricos para ensalzar su figura. Introduce también varios golpes de humor muy buenos, combinado hábilmente escenas sensibles con otras cómicas. Destaca también la caracterización de Fonda gracias a un excelente maquillaje que lo convierte en la imagen del que fuera presidente. Además, el actor demuestra su talento con una soberbia interpretación.
Muy buena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario