Película de 2003 dirigida por William Friedkin. Un excombatiente de los Balcanes está desquiciado y mata en el bosque a varios cazadores. La policía no es capaz de aclarar lo sucedido y pide la ayuda de un famoso rastreador que colaboró con el ejército formando a los soldados más capaces. Rápidamente identifica que se trata de un antiguo alumno y suyo y comienza una caza implacable.
Thriller que parece querer explotar la figura del protagonista, Tommy Lee Jones, como rastreador y al que ponen detrás de un antiguo pupilo aunque con un gran instinto asesino, Benicio del Toro. El argumento carece de una base inicial que explique mínimamente el motivo del criminal así como las claves del rastreo. De esta forma el guión sólo se estructura alrededor de una persecución con poco rigor aunque entretenida. Por lo tanto, si el espectador el espectador busca sólo pasar una hora y media sin cuestionarse nada de lo que ve, seguramente disfrute de la acción. Tiene buenas localizaciones y una decente pareja protagonista donde destaca el veterano Jones. Lamentablemente Friedkin está lejos del que fue al inicio de los 70.
Cine palomitero.
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