Película de 2013 dirigida por Jerome Salle. Una joven adolescente blanca de buena familia aparece brutalmente asesinada. El caso lo llevan tres policías y descubren que el crimen está relacionado con una nueva droga callejera popular entre los niños negros, por lo que no tiene mucho sentido. La investigación se va complicando conforme avanzan pues se enfrentan a una poderosa y peligrosa mafia internacional.
Entretenido thriller francés situado en la Sudáfrica post-apartheid en la que el racismo y el odio son aún parte de los sentimientos de buena parte de la población. Esa ambientación junto con el carácter atormentado de sus protagonistas hacen que la investigación, bien desarrollada aunque con ciertos tópicos, tenga una profundidad e interés mayores a los conseguidos en otras cintas del género. A pesar de ser mejor que muchas otras, se estrenó directamente para la televisión y no consiguió una distribución adecuada a su nivel. El propio Salle es responsable de la adaptación de la novela homónima de Caryl Férey, merecedora de varios galardones. Tiene una buena pareja protagonista con Forest Whitaker y Orlando Bloom, siendo el primero el que domina la pantalla cuando aparece en escena. Tiene escenas violentas y el propio caso policial es duro, por lo que no es recomendable para los espectadores más sensibles.
Buena.
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