Película de 2017 dirigida por Christopher Nolan. En mayo de 1940 las tropas aliadas se han tenido que replegar hasta la playa de Dunkerque ante la fuerza del ejército nazi. Hay atrapados alrededor de 400.000 hombres y la poca profundidad del agua hace casi imposible que vayan buques británicos a evacuarlos, por lo que sólo un milagro podrá sacarlos con vida.
Nolan lleva a la gran pantalla la conocida como operación Dinamo o milagro de Dunkerque llevada a cabo en los primeros meses de la guerra. Vuelve a demostrar que es uno de los mejores directores actuales en un género nuevo para él, rodando una de las mejores cintas del mismo en mucho tiempo. Se trata un episodio real de la II Guerra Mundial y lo hace de una forma espectacular, intensa, emocionante y emotiva. Muestra el realismo de una batalla pero sin el detalle desagradable y explícito de la sangre y heridas, más bien se centra en la agonía y angustia de la situación. Y consigue producir esas sensaciones en el espectador tanto en las batallas aéreas, como marítimas y terrestres. Una gran muestra de cine épico y bélico que conmueve por el fondo y la forma. Esta vez Nolan no ha querido contar con grandes estrellas para dar vida a los protagonistas, sólo algunos secundarios reconocidos y famosos como Kenneth Branagh, Tom Hardy, Mark Rylance y Cillian Murphy. Toda la parte técnica y artística es sobresaliente, como viene siendo habitual con este director, aunque hay aspectos impresionantes como los efectos especiales, la fotografía de Hoyte Van Hoytema y la llamativa banda sonora de Hans Zimmer que resalta la acción de forma muy llamativa. El guión, del propio Nolan, es de gran calidad y llama enormemente la atención por la forma narrativa que elige, que no es cronológica, pues incluso llega a repetir algunas escenas desde distintos puntos de vista. Funciona maravillosamente aunque confundiendo algo al inicio.
Muy buena.
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