Película de 1959 dirigida por el maestro Howard Hawks. El sheriff de un pequeño pueblo detiene por asesinato al hermano del hombre más poderoso del lugar que, además, no tiene escrúpulos ni respeto por la ley. Como se espera a un representante del gobierno para que se lo lleve, sólo hay unos pocos días para que los secuaces y mercenarios contratados por él lo saquen de la prisión. Mientras tanto, el sheriff sólo cuenta con la ayuda de un anciano algo impedido y un borracho.
Obra maestra del western, el primero que de la famosa trilogía de Hawks sobre la lucha del bien contra el mal, una película que no envejece y que se puede disfrutar en familia. Tiene una trama interesante pero está excelentemente contada y tiene unos magníficos personajes que atrapan al espectador desde el principio y lo mantienen con interés hasta el final, a pesar de superar las dos horas de duración. La combinación entre el valiente y duro sheriff con el simpático abuelo, el alcohólico que busca la recuperación, el joven pero maduro pistolero y la chica que habla por todos, es inmejorable. Además, cuenta con un reparto de lujo con el legendario John Wayne, los cantantes Dean Martin y Ricky Nelson, el veterano y genial Walter Brennan, y la joven Angie Dickinson. Aprovechando la participación de los dos cantantes hay una deliciosa escena en la que interpretan dos bellas canciones que queda para el recuerdo.
Imprescindible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario