Película de 1993 dirigida por Jim Sheridan. Un joven norirlandés va a Londres en busca de un mejor porvenir. Aunque la familia le manda a casa de su tía, se encuentra a un amigo y acaba en una comuna hippie. Cuando se produce un atentado en un pub causando varias victimas mortales, la policía le acusa a él, sus amigos y familia de provocarlo y de pertenencia al IRA. Acaban condenados a prisión pero su padre inicia una campaña de defensa de su inocencia que hace una abogada coja el caso y recurra.
Adaptación de la novela homónima de Gerry Conlon que cuenta el caso de los Cuatro de Guilford, uno de los episodios más vergonzosos de la policía británica. Este hecho real es muy intenso y engancha fácilmente el espectador, pero es que la tensión va en aumento hasta un desenlace que cuesta creer y que deja con la boca abierta. Sheridan sabe contarlo, le da el ritmo y regula con habilidad la carga dramática, además de no perderse con datos y nombres. Cuenta los hechos con los personajes necesarios y utiliza un estilo que ayuda a la comprensión de todo el episodio, con el propio Conlon contando el caso a la abogada. Además de un magnífico guión coescrito por el propio director y una brillante dirección, el trabajo de los actores es sobresaliente, con Daniel Day-Lewis, Emma Thompson y Pete Postlethwaite encarnando a los personajes principales. Consigue sobrecoger y emocionar.
Muy buena
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