miércoles, 25 de abril de 2018
Ocho sentencias de muerte
Película de 1949 dirigida por Robert Hamer. Un joven vive con su madre en una situación muy humilde a pesar de pertenecer a una buena familia porque le dieron la espalda tras casarse por amor con un chico extranjero. Este murió tras nacer él y siempre vivió con resignación su estado social hasta que la madre muere y rechazan que se entierre con su familia. Entonces decide vengarse y acabar con los ocho miembros que le anteceden en el título nobiliario para así heredarlo.
Joya de los míticos estudios Ealing que destacaron por el talento que ponían en sus cintas a pesar de la gran modestia con que las hacían. En este caso el propio Hamer adapta la novela Israel Rank: The autobiography of a criminal de Roy Horniman dando lugar a un estupendo guión lleno de peculiares personajes y afinados diálogos. Con ambos, diálogos y personajes, se hace una severa crítica a la sociedad y estilo británicos utilizando la comedia negra como hilo conductor. No se trata de arrancar carcajadas sino de conseguir sonrisas con los sinsentidos e incongruencias que se dicen y se viven con ese estilo de vida. Tiene una pareja de actores de gran nivel, un espléndido Dennis Price y un magnífico y sorprendente Alec Guinness que borda ocho papeles distintos y que es lanzado a la fama. Tiene un final muy bueno aunque abierto, lo cual no gustó en los EE.UU. y tuvieron que rodar unos segundos adicionales para cerrarlo.
Muy buena.
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