Película de 1940 dirigida por Garson Kanin. Tras siete años desaparecida a causa de un naufragio, un tribunal da por fallecida a una mujer dejando esposo y dos hijos pequeños. El hombre se casa ese mismo día y, al empezar su luna de miel, aparece la supuesta fallecida. La situación se vuelve enormemente complicada pero se da cuenta que sigue enamorado de ella. Pero todavía se enreda más la situación...
Cinta coescrita y producida por el gran Leo McCarey aunque dirigida por un poco experto Kanin tras el accidente de vehículo que impidió al primero hacerlo, y que no sacó todo el potencial de la historia y protagonistas. Se trata de una divertida comedia con un buen guión que parte de una buena idea y lo desarrolla con escenas divertidas, carismáticos personajes y algunos diálogos afilados. Además del guión el otro pilar es el trabajo de los intérpretes destacando al trío protagonista, Cary Grant, Irene Dunne y Randolph Scott, aunque es el primero el que más brilla con su incomparable y elegante lado cómico.Un placer verlos en acción y entretenimiento asegurado.
Buena comedia romántica.
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