Película de 2015 dirigida por Karyn Kusama. Tras separarse de su esposa al no superar la muerte de su hijo pequeño, ambos cónyuges toman caminos distintos y dejan de verse. Dos años después ella le invita a una cena en su casa con sus respectivas parejas y algunos amigos para intentar normalizar las relaciones. Aunque no le apetece, finalmente decide ir. Como es lógico, la situación es algo tensa al inicio pero él empieza a percibir cosas extrañas aunque los demás invitados sólo creen que es por su pasado.
Entretenido thriller en el que Kusama va introduciendo al espectador en una espiral de tensión mientras duda sobre la realidad tras las apariencias. Aunque con alguna pequeña trampa, engancha desde el inicio con su atmósfera inquietante y sabe administrar los sucesos para despistar más que para confirmar nada, hasta que pasada la hora de metraje se descubre el misterio y entra en otra fase. El reparto se muestra eficaz aunque sólo tiene alguna cara conocida, siendo bastante coral. Lo que más destaca, por encima del guión y las actuaciones, es la dirección que se muestra hábil en explotar el argumento.
Entretenida.
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