Película de 1967 dirigida por Jack Clayton. Un madre vive con sus 7 hijos en una casa pero sufre una pesada enfermedad hasta que acaba muriendo. Los niños son conscientes que eso significará su separación y deciden ocultar este hecho así que la entierran en el jardín y fingen que sigue todo normal, incluso cobrando el cheque mensual que recibe. Además, uno de los hijos hace una ceremonia cada noche en la que simula hablar con la madre y consultarle las cosas. Pero, poco a poco, las cosas se van complicando.
Adaptación de la novela homónima (en su título original) de Julian Cloagh de sólo unos años antes sobre unos hermanos pequeños que deciden ocultar la muerte de su madre para seguir viviendo juntos en la casa de la familia y deben enfrentarse a las complicaciones que van surgiendo. Es una cinta de suspense que va dosificando la tensión que sobrevuela la madre muerta sobre el grupo de niños y cómo cada uno lo vive de una manera. La intriga crece cuando aparece otro personaje clave y aparecen nuevos comportamientos y relaciones. Funciona relativamente bien pero se ve algo inocente hoy día pues se han retratado muchos casos más retorcidos que los que aquí se cuenta, pensando que Clayton podría haber ido mucho más allá en el suspense o hasta con toques de terror. El protagonismo se reparte entre los niños que funcionan bien en general y con un secundario sólido como Dirk Bogarde.
Interesante
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