Película de 1948 dirigida por el maestro John Ford. Un oficial del ejército norteamericano es enviado cerca de la frontera mexicana ha dirigir un fuerte tras ser degradado. Se traslada con su hija y desde el inicio se encuentra con una tarea poco agradable pues no espera conseguir grandes gestas y la tropa es descuidada. Pero unos guerreros indios han abandonado su reserva y ha habido varios ataques, por lo que ve una oportunidad para destacar.
Uno de los mejores westerns de la historia, primero de la trilogía que el maestro dedicó a la caballería pero no por ello deja una visión romántica de la misma o sus soldados. Por el contrario, muestra a los indios como cabales víctimas de una sociedad racista y al ejército como una organización que, a veces, está ciega bajo las órdenes de un desquiciado que busca la gloria personal. Cuenta un relato interesante pero estremecedor en muchos aspectos, aunque su mayor grandeza recae en la riqueza de sus personajes. Además, están interpretados por leyendas absolutas como Henry Fonda, John Wayne, Ward Bond, Pedro Armendáriz, Victor McLaglen y Shirley Temple, ahí es nada. Sólo valdría la pena con ver a uno de los primeros, siendo Fonda el que más destaca por el papel de antihéroe que le toca. También cuenta con las localizaciones inmejorables que ofrece el Monument Valley, siendo casi un carácter más de la película. Tiene aventuras, drama, toques de humor, mensajes de calado... y todo con sensibilidad y calidad.
Muy buena.
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