sábado, 8 de enero de 2011

El cuarto protocolo

Buena película de espionaje de 1987 dirigida por John Mackenzie. Un espía ruso es mandado a Londres con el objetivo de poner una bomba atómica en una base militar americana para aparentar un accidente nuclear y así que los británicos rompan la OTAN.
Basado en la novela homónima de Frederick Forsyth, quien también participó en el guión aunque el autor principal es George Axelrod, Mackenzie elabora una sobria y realista película de espías en plena Guerra Fría. No hace apenas uso de efectos especiales e incluso deja de lado muchos tópicos del género, para centrarse en la historia e intentar hacerla verosímil. La base de la trama es la lucha, otras veces reflejada en el bando americano, de los servicios secretos y hasta de los militares para mantener su cuota de poder intentando hacer fracasar los acercamientos entre las dos tradicionales superpotencias. El director consigue un buen efecto, pues no sólo es creíble sino que mantiene en vilo al espectador. Buena parte del éxito se debe al acierto en el reparto, con un estelar Michael Caine (borda su papel), y con secundarios como Ray McAnally, Ned Beatty, Ian Richardson, y un joven Pierce Brosnan (decente y mejor que como Bond).
Entretenida cinta de espionaje, más realista de lo habitual.

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