Película de 2008 dirigida por Ron Howard que va desde la dimisión de Nixon tras el Watergate hasta el momento sobre el que gira la película que es la serie de entrevistas que el presentador David Frost le hizo en el verano de 1977. El hecho especial de la entrevista fue que supuso la primera tras su dimisión (tres años después), y que eligiera como confesor a un showman dedicado a la televisión en programas muy "ligeros" en Gran Bretaña y Australia. La entrevista era un auténtico duelo que sólo uno podía ganar: o el periodista conseguía hacer confesar y pedir perdón a Nixón por todo lo que había hecho, o el político se redimía y era entendido por el pueblo al evadir las incómodas preguntas que le haría el presentador.
Interesantísima película basada en la obra de teatro de Peter Morgan sobre estas entrevistas. Nos desvela en la primera mitad cómo funcionaba el periodismo (al menos, parte de él) en la época, y nos presenta los intereses de cada uno de los participantes en el desafío. El guión del mismo Peter Morgan es excelente, cómo nos da esa mirada al mundo de los informativos y luego cómo convierte en un auténtico thriller el discurrir de las entrevistas. Howard sabe captar toda la emoción que supuso este acontecimiento, y dibuja dos personajes reales como Frost y Nixon de una manera que capta al espectador desde el primer momento. Retrata de maravilla esos mundos enfrentados muchas veces pero que dependen en gran medida el uno del otro como son la política y el periodismo. Las interpretaciones son magníficas, especialmente la de Frank Langella que encarna a la perfección al presidente americano, y con muy buenos trabajos de Michael Sheen, Kevin Bacon, Oliver Platt...
Intensa y emocionante película-documento histórico, imprescindible para los aficionados a la historia moderna.
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