Sherlock Holmes ha sido llevado numerosas veces a la gran pantalla, una veces adaptando las historias de Conan Doyle y en otras, como en esta ocasión, inventando nuevas tramas. Es la primera vez que Holmes se enfrenta a Jack el Destripador, volviendo a hacerlo en la película de 1978 Asesinato por decreto. Estudio de terror tiene un buen guión de Donald y Derek Ford, conteniendo casi todos los tópicos del genial detective (que hacen las delicias de sus seguidores) y retrata bastante bien el enigmático caso del despidado asesino que sembró el terror en Londres. Se dibuja una buena trama, bien estructurada con un buen número de interesantes personajes, pero que Hill no consigue aprovechar adecuadamente. Su dirección es bastante convencional, con un uso excesivo de zooms y sin llegar a darle a muchos planos la duración y tensión debida (a veces los alarga haciendo algunas tomas muy pesadas, y otras se apresura en exceso perdiendo las posibilidades que tenía). Tiene una bonita fotografía de Desmond Dickinson, con buen uso del color, y una decente ambientación a pesar la modestia de su producción. Otro aspecto positivo son las interpretaciones, de bastante nivel, como John Neville, John Fraser, Anthony Quayle, Donald Houston, Judy Dench (joven pero no demasiado) y el espléndido Robert Morley como el molesto hermano de Holmes, Mycroft. El resultado global es una entretenida película con un Holmes algo más físico que en otras ocasiones (pero igual de sagaz) y un Watson algo inocente pero sin llegar a la estupidez.
Entretenida película de Sherlock Holmes, con aspectos de calidad pero con una realización algo pobre que rebaja algo su resultado final.
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