Magnífica historia basada en la novela homónima de Alan LeMay, siendo Frank. S. Nugent el artífice del guión. Pero sin duda es John Ford el alma de la película, quien le aporta su sello maestro para obtener este resultado. Rueda con sensibilidad las escenas más violentas evitando mostrar las "carnicerías" que se producen y construye una historia muy entretenida que se basa en una búsqueda pero que conlleva una evolución de los personajes muy interesante. Las localizaciones son nada más y nada menos que el espectacular Monument Valley (que realmente está en la frontera entre Utah y Arizona, en la reserva de los indios navajo). La fotografía es extraordinaria, de Winton C. Hoch, con unos colores preciosos, unos contraluces impresionantes (inolvidable la escena inicial y final) y realzando la belleza del paisaje. John Wayne tiene un magnetismo especial y encarna perfectamente a este personaje racista cargado de odio. También disfrutamos de un excelente War Bond en su papel de reverendo y capitán.
Western imprescindible.
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