Hooper sorprendió con esta producción británica que fue todo un éxito de público y crítica. Refleja una parte no muy conocida de un episodio bastante popular: la renuncia al trono por parte del primogénito de Jorge V (es decir, Eduardo VIII) por amor (a una divorciada). Este hecho implicó que una persona a la que no se había preparado para ser el rey del Imperio Británico tuviera que asumir dicha posición. Pero por si no fuese suficiente impacto, esta persona era tartamuda, dificultad que le afectaba terriblemente en uno de los aspectos claves del rol que tenía que asumir: hablar en público. Hooper nos cuenta una historia de superación con unas dosis muy equilibradas de drama, ironía, comedia e historia. Tiene dos pilares: el gran guión original de David Seidler (estupenda narración con momentos cargados de tensión y rabia, otros de alegría, siempre con sentido de la responsabilidad por parte de los personajes, y muy buenos diálogos) y un reparto de ensueño. En este último aspecto se ha hablado mucho del trabajo genial que realiza Colin Firth, y con razón por su sentida y sensible (y real) interpretación de Jorge VI, pero a no menos nivel está Geoffrey Rush, volviendo a demostrar que es uno de los mejores actores en la actualidad. Pero además de estos dos gigantes tenemos a los fantásticos Helena Bonham Carter, Guy Pearce y Derek Jacobi, entre otros.
Interesantísima historia y buena película con extraordinarias interpretaciones.
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