Tras la exitosa La cena de los acusados, van Dyke volvió a repetir la fórmula para obtener un resultado similar. Mezcla una buena trama de detectives (con un caso interesante y complicado) con un fino humor que se sustenta sobre todo en el carácter del protagonista. También repiten los guionistas, Goodrich y Hackett, basándose en esta ocasión en la novela de Dashiell Hammett. Está llena de frases sarcásticas e ingeniosas que nos harán reir, a lo cual contribuye enormemente la caracterización de William Powell, realmente magnífico. También repite Myrna Loy como la curiosa, aventurera y adinerada esposa del detective. Sorprende ver como secundario a jovencísimo James Stewart, una de sus primeras apariciones en la gran pantalla.
Muy entretenida, con una buena mezcla de intriga y humor.
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