Adaptación de la conocida novela de Agatha Christie de 2003 dirigida por Tristam Powell. Tras el brindis con champán en una pequeña celebración uno de los invitados muere fulminantemente tras unos sorbos de la bebida. Aunque algunos indicios apuntan al suicidio, el Primer Ministro decide encargar una investigación a una veterana pareja del servicio secreto porque entre los presentes estaba uno de sus ministros, por lo que quiere evitar cualquier posible escándalo. Los investigadores enseguida empiezan a sospechar de que no fue un suicidio.Floja adaptación para la televisión de un buen libro de la maestra del suspense. La acción ocurre en la actualidad, lo cual ya le quita parte del encanto y glamour que solemos encontrar en estas adaptaciones. La dirección de Powell es algo torpe, no utiliza ninguna elipsis o cualquier otro instrumento que no sea el enseñarnos lo que ocurre muy directamente. También la falta frecuentemente fluidez en la narración y tampoco ayuda el grupo de actores elegido. Sólo se salva la pareja protagonista, que sí se muestran más naturales, aunque los chistes y situaciones que tienen que hacer no siempre consiguen la gracia pretendida. Se trata de Pauline Collins (una de las promotoras de la estupenda serie Arriba y Abajo) y Oliver Ford Davies. No obstante, la trama es interesante y hará que los amantes del misterio hagan apuestas por adivinar al asesino.
Sólo para los aficionados al misterio y a las novelas de Agatha Christie.
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