Película de 2010 dirigida por Matt Reeves. Un niño vive un momento especialmente duro porque en casa sus padres se están divorciando y en el colegio sufre abusos por parte de varios compañeros. Su soledad parece terminar cuando se mudan a su edificio un padre con una hija de su edad, aunque inicialmente la niña dice que no pueden ser amigos. Entre ellos se va generando una bonita relación que a ambos les da un rayo de esperanza en su vida. Pero en la zona se producen varios asesinatos y el niño empieza a creer que hay algo extraño en ella.
Reeves escribe y dirige la adaptación de la primera novela de John Ajvide Lidqvist, exitoso escritor del género de terror, a pesar de haberse rodado ya una versión sueca tan sólo dos años antes. Su atención se centra en los protagonistas infantiles, dos seres inadaptados (por muy distintas causas) que sufren en silencio una soledad dolorosa y que encuentran en el otro un amigo que les quiere. Los crímenes rodean esta relación y la ponen en peligro, pero no es la clave de la historia, lo que hace que esta película sea bastante distinta a otras de su género. La dirección es sensible y elegante mientras va creando una creciente intriga y tensión conforme avanza la acción. Destaca el trabajo del niño, Kodi Smit-McPhee, que refleja bien el miedo y el amor que va sintiendo su personaje.
Buena.
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