Película de 1967 dirigida por Ken Russell. Harry Palmer es ahora detective privado pero acaba envuelto en un caso de importancia internacional, lo que aprovecha el servicio secreto británico para presionarle y que se reincorpore. Transporta un paquete desconocido a Finlandia y descubre que se trata de un arma química que ha desarrollado un idealista americano multimillonario que está preparando un ataque secreto con un ejército propio contra los comunistas.
Tercera entrega de las aventuras del agente secreto británico más famoso tras James Bond. La historia es la adaptación de la novela de Len Deighton donde un millonario americano fascista utiliza tecnología innovadora para intentar destruir a los comunistas. Por un lado queda bastante ridícula la trama pues no se sostiene por ningún lado, y por otro la tecnología "punta" siempre envejece mal, haciendo ambas cuestiones que hoy en día se vea la cinta como bastante fallida. Sigue el patrón de las películas de 007 con el agente más listo de todos y con la chica guapa que se rinde a sus encantos, aunque intenta darle algo más de realismo. Lo mejor es el equipo de actores sólido que tiene, con Michael Caine, Karl Malden y Ed Begley. La dirección de Russel sigue las modas de la época y tampoco ayuda a darle más intensidad a la trama.
Buenos actores con una historia ridícula.
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