Película de 2013 dirigida por Jean-Pierre Jeunet. Un niño de diez años vive en un rancho con sus padres, su hermana y su gemelo. Cada uno en la familia es muy peculiar y en su caso tiene una mente científica extraordinaria. En el colegio se entera de un reto que la Ciencia no ha conseguido resolver y él se decide a superarlo. Manda la solución a un prestigioso concurso del museo Smithsonian y, para su sorpresa, lo gana, teniendo que ir a Washington D.C. para recogerlo. Sin decir nada a nadie, emprende el viaje solo.
Adaptación de la primera novela de Reif Larsen publicada en 2009 sobre un niño con especiales dotes científicas y atención a los detalles que recorre buena parte de los EE.UU. para recoger un prestigioso premio. La historia es muy simpática y sensible pero lo que más llama la atención es la forma en que se cuenta, tanto narrativa como estéticamente. Y es que Jeunet tira de su original talento de forma similar a la fantástica Amelie para contarnos una historia en primera persona, en esta ocasión un niño, y con su genial capacidad para los colores y los detalles. Técnicamente sobresale en todo y es un placer para los ojos ver cualquier escena, máxime cuando tiene unas localizaciones espectaculares. No llega al nivel de la citada obra anterior porque el protagonista, aunque estupendo, no llega al encanto y la magia de Amelie, pero está cerca. Es recomendable para toda la familia, llena de divertidas aventuras y con algunos momentos dramáticos.
Espléndida cinta familiar.
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