Película de 1999 dirigida por los hermanos Wachowski. Un pirata informático es contactado por otros muy famosos y le explican que lo que conocemos por realidad no existe de verdad y es sólo lo que interpreta nuestro cerebro. Por otro lado, unos agentes de la ley también le piden que colabore con ellos para atrapar a esos conocidos delincuentes. Para el joven se trata de una situación complicada pero su siguiente paso le comprometerá completamente.
Fascinante cinta escrita y dirigida por los hermanos Wachowski que sorprendió y cautivó a crítica y público por varias razones. Lo primero es el argumento porque es el alma de la película y lo que hace que lo demás tenga sentido y valga la pena, no quedando sólo en un bonito embalaje vacío. Es una historia futurista que, aunque tenga sus lagunas, traslada una reflexión del desarrollo de la humanidad, la inteligencia artificial y la relación entre ambas. Además, se plasma visualmente de una forma espectacular, cuidando una estética muy particular y utilizando unas técnicas de efectos visuales que revolucionaron la industria. Desde la fotografía al vestuario, pasando por el maquillaje, sonido, efectos especiales.... son deslumbrantes y muy originales (algunos aspectos habían tenido algún precursor pero aquí explosionaron). Las escenas rodadas a alta velocidad son impactantes, así como las escenas rodadas en 360º y la imaginación con que está todo concebido es increíble. Todo ello hace que se convirtiera instantáneamente en una película de culto y la cinta de ciencia ficción de mayor impacto de los últimos años. El reparto es un gran acierto, con unos estupendos Laurence Fishburne y Carrie-Anne Moss, junto con el protagonista, un normalito Keanu Reeves.
Fantástica
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