Película de 2016 dirigida por Duncan Jones. Los orcos han arruinado su mundo y gracias a una magia maligna pueden mandar a conquistar otros reinos lejanos, como es el mundo de los hombres. Mandan una avanzadilla de guerreros para que vayan haciendo prisioneros con los que alimentar el portal mágico y así seguir mandando orcos. Los reinos de los hombres no terminan de unirse aunque sí llaman a su guardián para que les proteja de esta nueva amenaza. Además, no todos los clanes de orcos están de acuerdo con el uso de esa magia que destruye todo tipo de vida.
Nueva adaptación a la gran pantalla de un videojuego de éxito que asegura una buena acogida comercial por parte de las legiones de seguidores del mismo. Es irremediable la comparación con otras historias parecidas y que todos tenemos en mente, y no sale bien parada de ninguna. Una trama muy fantástica, con muchos aspectos poco originales y con demasiadas influencias externas, con una estética excesivamente de videojuego (lo cual puede ser una ventaja para sus seguidores pero no para el resto) y sin ningún magnetismo especial para los no conocedores de este universo. Jones abusa de planos cortos, posiblemente para dar más sensación de acción pero mareando excesivamente al espectador. Para colmo, el final deja claro que se trata sólo de lo que dice el título, el origen o comienzo, dejando inconclusa la historia.
Cine palomitero para los seguidores del juego.
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