Película de 2016 dirigida por Tate Taylor. Una mujer va borracha todo el día y se mueve en el tren que pasa por su antiguo barrio. Desde el propio tren ve su casa anterior, donde vivía con su ex-marido, y la observa cada vez que pasa por allí por si le ve a él o su nueva esposa e hija, y también a la casa de al lado donde vive una pareja que considera idílica. Pero un día ve que la chica está en la terraza con otro hombre y eso la altera enormemente.
Adaptación del reciente bestseller homónimo de Paula Hawkins que tiene como protagonista a una mujer alcohólica que se ve involucrada en una situación complicada y, dada su adicción, le cuesta recordar las cosas con claridad. Este aspecto junto con un desarrollo temporal en el que se mezclan los flashbacks hacen que Taylor dosifique la intriga de forma creciente hasta un desenlace bastante interesante. El guión junto con un acertado montaje hacen que el espectador se sumerja en el suspense y le cueste predecir cómo termina la historia. Además, el reparto funciona muy bien, destacando una estupenda Emily Blunt que da vida a la protagonista y, sin caer en el exceso, muestra el drama que produce el alcohol. Taylor sabe darle el pulso adecuado para enganchar en todo momento al espectador y que le deje un buen sabor de boca.
Buena.
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