Película de 2005 dirigida por Jesse Dylan. Un hombre se ha sentido siempre presionado por la competitividad de su padre y eso no ha cambiado con el tiempo, incluso aumentó cuando ambos tuvieron un niño casi al mismo tiempo. Sus respectivos hijos juegan en el equipo del padre-abuelo pero el nieto suele quedarse en el banquillo e incluso lo traspasa a otro equipo. El hombre no puede tolerar ese trato y decide entrenar a ese equipo para retar al de su padre, totalmente imbatido.
Mediocre comedia infantil sobre un torpe entrenador que se pone al frente de un equipo de fútbol infantil pésimo. Es una historia similar a otras pero lo peor es que basa su humor en los momentos ridículos que protagoniza el personaje principal. Hay poco talento y dedicación en el guión y se deja todo a la capacidad de Will Ferrer de hacer el tonto, que es bastante. Sorprende la intervención del veterano Robert Duvall en una cinta de este tipo y llama la atención ver al jovencísimo Josh Hutcherson que pronto triunfaría con otros títulos mejores. Hasta los niños se sienten mal viendo las situaciones embarazosas del protagonista.
Floja.
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