Película de 2017 dirigida por Doug Liman. Barry Seal es un ambicioso piloto de la TWA con una vida envidiable pero que siempre busca algo más, por lo que aprovecha sus viajes para traficar con habanos. Pero la CIA le detecta y le propone que trabaje como agente sobrevolando algunos países sudamericanos en busca de posibles movimientos militares apoyados por los comunistas. Aunque gana mucho más pronto detectará otras oportunidades de negocio muy arriesgadas pero muy atractivas.
Liman se inspira en una historia real, del propio Barry Seal, para crear una trama más compleja e idealizada de la que fue en realidad. En la cinta el protagonista se mete en una espiral cada vez más complicada de traiciones y lealtades que no es fácil de seguir en todo momento. Sí que es entretenida y variada, seguramente traída en este momento por la popularidad de las series sobre el narco Pablo Escobar, aunque se ve bastante exagerada. La acción no falta y la trama se va retorciendo cada vez más, manteniendo al espectador atento. El director imprime un buen ritmo que rompe, innecesariamente, con las escenas del protagonista hablando a la cámara. Cuenta con Tom Cruise para un papel que parece hecho para él, muy activo, ambicioso y con atractivo.
Cine palomitero para adultos interesante y entretenido.
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