Película de 1991 dirigida por Garry Marshall. Tras cumplir condena un hombre sale de prisión con el propósito de rehacer su vida. Encuentra trabajo en un restaurante como cocinero y enseguida se fija en una de las camareras. Él se siente solo y ella también, pero es reacia a quedar con él a pesar de su insistencia.
Tras arrasar en las taquillas mundiales con su cinta anterior (Pretty Woman) Marshall repite en el género romántico para intentar mantenerse en la ola del éxito pero con suerte desigual. Para ello lleva a la gran pantalla la obra de teatro de Terrence McNally que escribe él mismo. Se trata de dos personas que ya han dejado atrás la juventud y afrontan la posibilidad de mantener una relación estable, aunque su forma de hacerlo es muy distinta. Destaca por el realismo que transmite, se aleja de clichés de las cintas románticas para contar algo que parece verdadero, con las tentaciones y miedos que puede generar el inicio de una relación. Esta es su mayor virtud junto con la pareja protagonista, Al Pacino y Michelle Pfeiffer, además de contar con secundarios como Nathan Lane y Hector Elizondo. No tiene un lado cómico como otras ni tampoco el romance está idealizado, de ahí que (posiblemente) no tuviera tanto éxito.
Buena
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