Película de 2008 dirigida por Rob Cohen. El matrimonio O'Connel vive alejado de sus antiguas aventuras en su enorme mansión británica y comienzan a sentir cómo el aburrimiento les pasa factura. Por ello, cuando les piden llevar una gran joya al museo principal chino, aceptan con la idea de pasar también a ver a su hijo. Lo que no sospechan es que éste acaba de descubrir la tumba de uno del mayor emperador chino con sus miles de soldados de terracota y que hay quien planea revivirlos.
Tercera entrega de la exitosa saga encabezada por Brendan Fraser (aunque antes se lanzó El rey Escorpión pero con otros protagonistas) pero ahora dirigida por Cohen y cambiando la compañera en el reparto para que Maria Bello tome el relevo como señora O'Connel. Lamentablemente no tiene el nivel de las dos anteriores en ningún aspecto, pero sobre todo la historia no tiene el brío y el humor que brillaba en ellas. Tiene buenos momentos tanto de acción como graciosos, pero la parte cómica es mucho más "tonta", menos hábil e ingeniosa. Y esto lo acusa mucho la película, además de una trama más sencilla, fantástica y menos entretenida. Sin duda que los estudios buscaron exprimir el éxito de la saga sin exprimir ningún talento.
Cinta palomitera
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