Película de 2020 dirigida por Liz Garbus. Una madre detecta que su hija mayor que vive en otra ciudad ha desaparecido y empieza a encontrar dificultades cuando quiere denunciarlo. Parece que a la policía no le interesa porque la joven se dedicaba a la prostitución y justo estaba en un buen barrio. Pero la madre no dejará de insistir y forzará una investigación y hasta aparecerá en los medios. La situación da un salto cuando se encuentran varios cadáveres de chicas.
Adaptación de la novela homónima de Robert Kolker sobre un asesino en serie en Long Island no identificado aún y que se sospecha que mató entre 10 y 16 chicas durante un par de décadas hace sólo unos años. La historia se centra en el drama que vivió y la lucha que llevó a cabo y aún mantiene Mari Gilbert, madre de una de las víctimas. Garbus retrata la situación de esta familia rota con una hija trabajando como prostituta y que desaparece repentinamente. Muestra el dolor y las cuestiones que surgen inevitablemente y cómo la sociedad, desde la policía hasta los medios de comunicación, tienen sus varas de medir. Tiene buen ritmo que mantiene la tensión y buenas interpretaciones con Amy Ryan y Gabriel Byrne al frente del reparto, y sorprende la duración de 90 minutos porque podía haber explicado algo más la lucha de esta señora por su hija.
Buena.
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