Película de 2006 dirigida por Paul Greengrass. El 11 de septiembre de 2011 comenzaba en los EE.UU. como un día rutinario más, con mucha gente tomando los miles de vuelos que surcan el país. Uno de ellos, el United 93 es secuestrado en pleno vuelo minutos después que otros que acabarían estrellándose contra las torres gemelas y el pentágono. Algunos de los pasajeros del vuelo consiguen hablar con familiares y reciben estas horribles noticias, así que deciden actuar pues se dan cuenta que, posiblemente, tengan un destino similar.
Greengrass escribe y dirige esta historia real que es todo un homenaje a las personas que iban en este vuelo y tuvieron la enorme valentía de intentar algo para que los terroristas no consiguieran completar sus planes y, por supuesto, salvar sus propias vidas. Es un relato vibrante que va mostrando lo que pasó durante esa inolvidable mañana desde el punto de vista de las torres de control (muchos personajes de ellas están interpretados por los auténticos protagonistas de los hechos) y de las personas que iban en ese vuelo. Todo el metraje es intenso pero el último cuarto corta la respiración gracias a la habilidad de este director con la cámara y un hábil montaje que va intercalando la perspectiva general de la situación con la particular del vuelo.
Muy buena.
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