Interesante cinta de cine negro de 1962 dirigida por Blake Edwards. Una mujer es obligada por un asesino a robar el banco donde trabaja, bajo amenaza de la vida de su hermana y la suya propia. Pero la chica se pone en contacto con el FBI y éste comienza una investigación para proteger a la víctima y atrapar al criminal.Intrigante película mezcla del género policíaco, thriller y cine negro. El guión es de Gordon Gordon y Mildred Gordon basado en la novela de ellos mismos, con una buena trama pero que no siempre es desarrollado con la misma solidez. Es Edwards el que eleva la calidad de la historia con su forma de rodar, teniendo varias escenas que han creado escuela (como la del campo de beisbol). El héroe policíaco es un poco atípico, pues no arrasa con las mujeres ni es tan sagaz como suele ocurrir en estos casos; la víctima también tiene una entereza poco habitual, e incluso el soplón es más duro que de costumbre. Parece que se quiso alejar de todos, o casi, los tópicos del género. Sobresale, además de la dirección, la preciosa fotografía en blanco y negro de Philip H. Lathrop, la música de Henry Mancini y la estupenda interpretación del psicópata que realizó Ross Martin. Los protagonistas, Glenn Ford y Lee Remick, tienen un gran magnetismo y encanto especiales, sobre todo el señor Ford, aunque sus interpretaciones no van más allá de decentes.
Buena película de policíaca de intriga.
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