Original y pionera obra de cine negro del maestro Howard Hawks de 1932. Cuenta la historia de un mafioso, Tony Camonte alias "Scarface", desde sus comienzos como simple matón al de jefe de la mafia de la ciudad. Su meteórica carrera está plagada de cadáveres de "colegas de profesión" y la policía se ve impotente a pesar de ser una figura notablemente pública.
El guión está basado en la novela homónima de Armitage Trail, quien a su vez se inspiró en algunos aspectos de la vida de Al Capone (como su apodo). Al conocido mafioso le gustó la película, pero durante su preparación mandó varios "guardaespaldas" para asegurarse que no se iba a rodar su vida. Hawks fue muy osado al presentar una película tan violenta (más de 25 asesinatos) y en la que se abre inicialmente con una crítica al gobierno y la sociedad en general por admitir estos comportamientos. Pero a pesar de ese intento de concienciación, en la película se mitifica bastante a los criminales y se le quita mucha carga moral a los asesinatos. Hawks demuestra su maestría en muchos aspectos, como las excepcionales elipsis que utiliza. También son atrevidas las imágenes con señoritas enseñando mucho su cuerpo para esa época. Realmente puso el marco que luego han utilizado muchas películas de gangsters, con las guerras entre bandas, traiciones en las mafias, persecuciones en coche (muy buena la que se incluye), metralletas, chicas... El lado más negativo es que se ensalza la figura de este mafioso a costa del resto y de la propia policía (todos a su lado parecen imbéciles completos), con escenas de nula credibilidad y que dañan a toda la cinta. Entre los actores brillan Paul Muni (encarna estupendamente la dualidad encanto/despidado que tiene el protagonista), George Raft y Boris Karloff (aunque con un pequeño papel).
Pionera obra del género, muy buena historia y bien contada.
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