Película de 2006 dirigida por Brian Robbins. El ayudante del fiscal está investigando un caso donde unos científicos podrían estar maltratando animales. Uno de ellos, un perro, se escapa y, por casualidad, sus hijos lo llevan a su casa y le muerde. Por inexplicables circunstancias el abogado empieza a sufrir extrañas transformaciones que le llevan a convertirse en un perro. Desde esa perspectiva descubre la realidad del caso y también de su familia, viendo que se ha distanciado de sus seres más queridos.
Disney produce este remake de otra película suya, Un candidato muy peludo, actualizando la historia pero no usando más efectos especiales a pesar de que podía haberse lucido un poco con ellos. Los aspectos que rodean el argumento son bastante convencionales y carece de toda originalidad, pero sí que cumple con su objetivo que es el de hacer pasar un buen rato a los peques de la casa. A los demás se les hará predecible y algo tonta pero seguro que les hace reír varias veces gracias a la vena cómica de su protagonista, Tim Allen, aunque en muchas ocasiones sólo pone la voz. Abstenerse los que busquen otra cosa o no soporten a este cómico.
Simpática cinta infantil.
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