Película de 2011 dirigida por Andrew Niccol. Estamos en el futuro y el hombre ya ha conseguido vencer al envejecimiento, aunque a un alto precio. Las personas tienen inicialmente 25 años de vida y a partir de ahí ya no envejecen, se activa un reloj y sólo se les concede inicialmente un año más. No hay moneda habitual sino que todo se paga con ese tiempo restante. Eso provoca que la clase humilde muera muy joven a costa de unos privilegiados que pueden hacerse prácticamente inmortales. Con esa situación, un joven criado en un suburbio consigue por casualidad más de un siglo y tiene la intención de romper ese desequilibrio, pues está cansado de ver a la gente sufrir y morir joven.
Thriller futurista de acción escrito y dirigido por Niccol. La idea es original, muy interesante y bien elaborada, pero va de más a menos. Tiene una primera mitad absorbente y desconcertante, atrapando al espectador en una trama que va desde la intriga hasta la acción, pasando por una visión filosófica de la vida. Sin embargo, la segunda parte es convencional haciendo una especie de Bonnie&Clyde a lo Robin Hood. Ello provoca una gran decepción y acaba dejando una percepción de oportunidad aprovechada a medias, con un sabor agridulce final. El resultado queda en un pasatiempo entretenido con un buen arranque que luego se va desinflando para ver una película más de robos. El reparto no funciona mal, destacando más los trabajos que dan vida a personas mayores.
Cinta que empieza original e interesante pero que acaba siendo una más del montón.
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