Película de 2011 dirigida por Simon West. Un asesino de élite que trabaja para una agencia norteamericana recibe el encargo de matar a su jefe porque está metido en un turbio asunto. Tras encargarse de él empieza a relacionarse con su hijo y éste le pide que le entrene. Lo hace porque tiene remordimientos y hasta empiezan a trabajar juntos, llegando a descubrir un asunto que le hará replantearse las cosas.
El especialista en cintas de acción West dirige este sobrio thriller remake de una película de Charles Bronson sobre un asesino de élite a sueldo que tras una misión que personalmente le afecta, hace de mentor de otro joven. Se centra en el personaje y no adorna en exceso la acción para intentar dotarla de más realismo, lo cual es bastante efectista (aunque la credibilidad va de más a menos en general). Es enérgica, tiene un buen ritmo que viene marcado por el carácter del protagonista y cumple estupendamente con su objetivo de hacer pasar un buen rato al espectador que suele disfrutar de este género. El reparto funciona bien, con Jason Statham y Ben Foster como pareja principal y que demuestran buena química, acompañándoles Donald Sutherland y Toni Golwyn. No aporta nada nuevo pero es entretenida y tiene algo de fondo, no sólo fachada.
Buen entretenimiento.
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